LA
ÉTICA EN EL EJERCICIO DE LA ABOGACÍA Y SUS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES
Generalidades
sobre la Ética y el Abogado:
Primeramente, se
tiene que a lo largo del tiempo lo referente a la ética resulta indispensable
para el desenvolvimiento social y personal de cada individuo en cualquier
ámbito de su vida. De tal manera que, al hablar de ética, específicamente, se
hace énfasis al enjuiciamiento de la conducta del hombre para determinar su
conformidad con finalidades o valores. Así pues, es la ciencia que estudia las
cosas por sus causas, de lo universal y necesario, que se dedica al estudio de
los actos humanos.
Por su parte, el abogado es aquel que representa y aboga por otro ante
los tribunales, que debe reunir aquellas cualidades que lo distinguen
claramente de los demás profesionistas, como lo es su estructura mental,
lenguaje, cultura, memoria, entre otras.
Al respecto, la personalidad de dicho
profesional del derecho, se manifestará dependiendo de los valores y
enseñanzas que haya adquirido a los
largo del estudio de su carrera, como también de la educación que recibió en su
entorno familiar. Es por ello que, el abogado debe cultivar sus virtudes
profesionales y formación integral mediante el estudio y el seguimiento de las
normas morales, que lo llevará a proponer soluciones que estén orientadas al
bien en todos los aspectos que sea posible. Esto va de la mano de su capacidad,
talento y experiencia al servicio de la justicia.
Ossorio y Gallardo
en su obra “El Alma de la Toga”, explican que la conciencia profesional debe
ser clara y digna, guiado por la responsabilidad profesional, por lo que el
abogado no puede ser cómplice del fraude, instigador del dolo o encubridor del
delito. De igual forma, éste tiene como norte de su actuación el servicio a la
justicia, el aseguramiento de la libertad y el ministerio del Derecho. Entonces,
se hace imperioso un ejercicio profesional consciente y digno, debido a la
importancia del factor moral y tratar de mejorarlo en la abogacía, ya que esta
debe tener una función social al servicio del derecho de la justicia. Cabe destacar, que en Venezuela, los Abogados se rigen por el Código de Ética del Abogado.
Se infiere, que el
estudio de la ética contribuye al desarrollo de un mejor trato en cuanto a
relaciones interpersonales se refiere, aplicando lo moral que en si viene
siendo aplicar costumbres, y aplicar costumbres es aplicar los valores de:
justicia, libertad, solidaridad, honestidad, puntualidad y un gran sinfín de
cultura trasmitida de generación en generación para llevar un trato más digno y
justo.
Principios
de la Ética del Abogado:
Ahora bien, la
ética se fundamenta en una serie de principios, entre los cuales están:
legalidad, legitimidad, democracia, libertad de expresión, tolerancia,
formalidad, pluralidad, respeto a los pactos e información al elector; para
alcanzar los fines éticos de estabilidad jurídica, estabilidad política y
eficacia jurídica, así mismo, el profesional del área jurídica debe tener
presentes ciertos principios éticos en su relación con los demás.
Por tanto, el
abogado debe ser disciplinado, firme y sensible en su vida profesional y
privada; también debe ser un fiel intérprete de la ley, un guardián y defensor
de los principios jurídicos, de la justicia y la verdad; además, debe actuar
con serenidad y fe en la causa de su cliente; de igual forma, debe ser
responsable, puntual, honesto, veraz, prudente, ser digno de fiar y de respeto,
incapaz de cometer fraude.
Asimismo, entre los deberes éticos del profesional se distinguen: compromiso social, lealtad al
ejercicio ético profesional, honorabilidad y veracidad; del abogado con su
gremio: colegiación, superación profesional, actualización y competencia leal;
y del abogado con su patrocinado: secreto profesional, espíritu de servicio,
honradez, información de la parte, lealtad a pactos, seguimiento del caso y
cobro justo.
Dicho profesional del derecho tiene un compromiso especial con su
cliente, en tanto que debe actuar con responsabilidad y diligencia, estar
atento de los plazos legales respecto de los actos del procedimiento,
comprometerse a poner todo su esmero, su saber y habilidad para realizar una
defensa útil, adoptar una actitud de servicio. Si por su negligencia pierde una
causa es evidente que con ello comete una injusticia. El Abogado debe actuar
con honestidad, guardando para sí los secretos que le son confiados de forma
profesional, aplicando la ética para el buen desempeño de la profesión,
guiándose por los ideales de justicia y equidad; intentando no dejarse
arrastrar por la corrupción y las injusticias. Como profesional del Derecho
debe obrar según los principios de la Moral, la Justicia o su propia conciencia.
En ese sentido, el
ejercicio profesional del abogado supone la realización habitual de labores o
la prestación de servicios a título oneroso o gratuito, propios de la abogacía,
sin que medie nombramiento o designación oficial alguna. Es por ello que, el
abogado debe cultivar sus virtudes profesionales y formación integral mediante
el estudio y el seguimiento de las normas morales. Esto lo llevará a proponer
soluciones que estén orientadas al bien en todos los aspectos que sea posible;
lo que va de la mano de su capacidad, talento y experiencia al servicio de la
justicia.
Aunado
a ello, se debe fomentar la aplicación de las sanciones a las que haya lugar en
el caso de que un abogado haya incurrido en una conducta procesal indebida que
conllevara mejorar el sistema de administración de justicia; y finalmente,
desarrollar programas y proyectos que contribuyan al fortalecimiento de la
ética profesional del abogado.
Conclusiones:
Sobre lo expuesto se infiere que en la actualidad se vive una crisis de
valores que ha destruido familias, gremios, entre otros. Es por ello que, en la
actualidad estos principios deben hacerse presente en todas las universidades y
gremios, para que jamás pueda anteponerse una necesidad o ambición personal a
la de un colectivo.
En efecto, se tiene que en el campo laboral, la ética es fundamental para el
desarrollo efectivo integral del individuo.
En cuanto al
abogado, siendo el área de estudio en este caso, su trabajo supone dedicación
al estudio de las disciplinas que impliquen la defensa del derecho, de la
libertad y de la justicia, por lo cual, su ética como profesional, tiene como
norte de su actuación el servicio a la justicia, el aseguramiento de la
libertad y el ministerio del Derecho. Para finalizar, los
principios éticos rigen la profesión del abogado, y existen algunos que olvidan
que esos principios existen y que con su conducta y proceder dañan al gremio.
La profesión de abogado es y será siempre un oficio destinado a la justicia y
al bien común.
REFERENCIAS
Código
de Ética Profesional Del Abogado. (1985) Consejo Superior de la Federación del
Colegio de Abogados de Venezuela. 03 de agosto de 1985.
Ossorio,
Angel. (1989) El Alma de la Toga (9ª.ed.). Buenos Aires: Ediciones Jurídicas
Europa-América.
Santaella
López, Manuel. (1995) Ética de las Profesiones Jurídicas. Madrid: Artes
Gráficas Iberoamericanas, S.A.